Narrativa: Escritora y cuentista
Biografía (Santiago, abril de 1969)
Andrea Maturana Comienza a escribir cuentos en su
adolescencia y ya a los 20 años forma parte de la antología “Brevísima relación
del cuento breve en Chile”. Antes sus cuentos habían aparecido en antologías de
concursos en los que había participado.
Estudió biología y paralelamente
participó en el taller literario de Pía Barros (1987-1989) y, más tarde, en el
de Antonio Skármeta y Marco Antonio de la Parra. Trabajó en su especialidad en
un laboratorio, pero después abandonó la ciencia.
A los 23 años publicó su primer
libro de cuentos — (Des) Encuentros (Des) Esperados-, compuesto de 13 relatos
cargados de erotismo. De la Parra, en el epílogo al libro, señala que "su
originalidad es sorprendente" y "su fuerza como narradora se impone
de inmediato".
Su primera novela "El daño" tuvo un
gran éxito en Chile, y le llovieron los elogios por parte de la crítica, pero
luego vino un periodo de cinco años de cuasi silencio, que fue interrumpido
sólo por dos libros infantiles. Como explica ella misma, “No escribí casi nada.
Estaba siendo mamá, yo creo”
Su libro de cuentos No decir
"explora la intimidad de la sociedad chilena contemporánea con sus
miserias y sus silencios".
Maturana ha colaborado en
diferentes suplementos del diario El Mercurio, como Zona de Contacto, Wikén y
Ya; ha dirigido talleres literarios (entre 1992 y 1998) y realizado
traducciones para la Editorial Andrés Bello y TESAM-RADIAN, S.A. También ha
escrito guiones para la televisión, como para la serie documental Disfrute
Chile (Nueva Imagen Producciones) o el programa Cinevideo y ha sido jurado en
concurso de cuentos.
Sobre sus referentes, Maturana
dice: "Hay muchos, en diversos momentos de mi vida. Cortázar como
cuentista, sin duda. Algo del ahorro de recursos de Banana Yoshimoto, las ganas
de escribir como John Irving o una novela ácida como las de Amelie Nothomb.
Alguna vez estuve obsesionada con Thomas Bernhard.
Tiene una hija, Eva (a juzgar por
la entrevista a Vania Barraza tiene otra hija) y vive fuera de Santiago (se fue
por considerar que vivir allí era un "infanticidio" ), en Limache,
donde dirige talleres de meditación Shambhala.
Premios
- 1986: Mención honrosa en el concurso Cuentos de mi país
- 1988: Mención honrosa en el concurso El cuento feminista latinoamericana
- 1989: Mención honrosa en el concurso Juegos literarios Gabriela Mistral
- 1990: Segundo premio en el concurso Encuentro Nacional de Arte
- 2007: Mejor libro en la categoría autor por la sección nacional de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil IBBY por Eva y su tan.
- 2007: Mejor libro de cuentos publicado en 2006, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, por No decir.
- 2013: Premio Altazor, categoría de literatura para niños y jóvenes por El gran Hugo.

Obras
- (Des)encuentros (des)esperados, 13 cuentos, 1992; reeditados en 2000 por Alfaguara con un cuento más. Contenido del libro: Doble Antonia; Roce 1; Roce 2; Roce 3; Maletas; Piernabulario; Cita; Como en el teatro; Confesión; Del boceto; Alter ego; Viernes de laboratorio y Yo a las mujeres me las imaginaba bonitas. Epílogo de Marco Antonio de la Parra. A la edición de 2000 se le agregó el cuento Verde en el borde.
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- El daño, novela, 1997, Alfaguara; traducida al holandés por Arena Publisher en 1999; reeditada por Alfaguara en España en 2000.
- No decir, Alfaguara 2006; contiene 12 cuentos: Partículas de sol; Interiores; Caperucita roja y los perros; Afuera y en ropa interior; Lo mismo de siempre; Solo; Las cosas como son; Ser ellos; Al fondo del patio; Las dos vidas de Perrito; Enfermedad mortal y No decir.
- La isla de las langostas, 1997, Editorial Cidcli, México (reeditada por Alfaguara Infantil, Santiago, 2011)
- Eva y su tan, 2005, Alfaguara Infantil
- Siri y Mateo, 2006, Alfaguara Infantil
- El moco de Clara, 2010, Alfaguara Infantil
- El gran Hugo, 2012, Alfaguara Infantil
Hablando de… (Des)encuentros (des)esperados
Adecuado el título para
esta obra de la escritora nacional Andrea Maturana, se compone de un conjunto
muy interesante de narraciones tan vecinas que a veces nos reflejamos en ellas.
Encuentros
desesperados - desencuentros esperados, caricias que incitan y desordenan todos
los sentidos, historias que nos trasladan a una aventura fantasiosa que todos
alimentamos en el encuentro con el sexo opuesto y que son escritas con un
atrevimiento que se agradece y que hace de la lectura de este libro un
verdadero placer.
Si nos acercamos a
la obra, nos encontramos con una antología de cuentos eróticos, el relato
"Cita", es sin duda uno de los mejores cuentos de solapado erotismo
que se puede encontrar en el libro, tan vívido y real que más de alguien se
debe sentir identificado por él. Otro cuento llamado “Del Boceto”, es una
mezcla de cordura y locura, quizás porque más de alguna vez hemos imaginado a
alguien y lo hemos llevado a la realidad, como si existiera…aunque el final es
algo esperado. El otro cuento que llama bastante la atención es roce III…el del
ascensor, en este caso el final parece menos planificado que en el anterior.
Una mirada íntima y
autorizada, con una perspectiva suavemente feminista o más bien dicho con un
tono femenino claro, pero atrayente, estos relatos nos presentan personajes
furiosamente humanos, con obsesiones que de tan nítidas y reconocibles las
hacemos propias, atrapándonos en cada uno de dichos relatos.
En el libro hay
muchas situaciones que nos llenan de sorpresas y gratificación, lo que habla
bien de la pluma de esta autora, es que los sentidos están más alertas y
receptivos al texto sensual en cada relato.
Entrevistas a Andrea Maturana
"Resumen de Redes", programa que entrevista a Andrea Maturana donde reflexiona sus grandes momentos como escritora y nos cuenta con detalles su prosa.
"Las cosas ocultas pesan mucho más que las dichas"
Desde muy joven se entregó a
eso de escribir cuentos y hoy, con apenas 38 años, Andrea Maturana está
considerada una de las escritoras más representativas de la literatura
latinoamericana de los últimos tiempos, aunque en España acaba de aterrizar con
su única novela, El daño (publicada en Chile en 1997). Los títulos de sus
libros nos ponen los dientes largos a quienes nos hemos enganchado a su buen
hacer con las palabras. Y es que Nuevos cuentos eróticos (Grijalbo-Mondadori,
1991), (Des)Encuentros (Des)Esperados (1992) y No decir (2006; once relatos que
exploran la intimidad de la sociedad chilena contemporánea con sus miserias y
sus silencios) a priori suenan muy bien. Pero tendremos que esperar. Lo bueno, ya
se sabe, se hace esperar.
Notodo: Si algo nos ha llamado
la atención de tu libro es esa manera sencilla de narrar los acontecimientos
para después introducir de manera brutal, en un par de frases, la verdad de los
hechos, lo que más duele. No es cruda, pero el efecto que consigue sí. Es
inevitable hablar de Vinka Jackson, a quien le dedicas el libro y que ha
publicado recientemente su historia de abusos sexuales en su infancia. ¿No te
resultó difícil escribir una historia tan dura, tan cercana, y casi ponerle
nombre propio?
Andrea Maturana: En verdad mi
relación con mi escritura es mucho más visceral que intelectual. No hago un
plan mental y organizado de las cosas antes de escribirlas, sino más bien las
hago pasar por mi cuerpo, por mis sensaciones, de modo que sí es duro escribir
historias duras: para hacerlo tengo que haberlas decantado emocionalmente
primero, y eso es doloroso. Sin embargo había algo detrás de esta novela, otra
cosa, casi una búsqueda de un acto de justicia para mi amiga, cuya historia
nunca antes había sido validada. Eso fue un gran impulso en el momento de
escribirla.
N.: Han pasado diez años desde
que se publicó El daño en Chile y ahora llega a España. ¿Cómo se vive este
segundo lanzamiento desde los ojos de quien ha escrito la historia y ha
madurado en su manera de trabajar?
A. M.: Se vive con
agradecimiento y con sorpresa. Yo no conozco ni necesariamente entiendo las
políticas editoriales o de mercado, porque ése no es mi trabajo, pero el que
España haya decidido llevar mi novela fuera de Chile diez años después, por las
razones que sea, ha sido maravilloso. Lo ha sido para mí como escritora y
también como persona: espero que sea la antepuerta para llevar también el libro
de Vinka Jackson, un libro maravilloso y durísimo, extraña mezcla.
N.: ¿Crees que la literatura
tiene que alimentarse de las miserias, hacerlas públicas contándolas tal y como
son, aunque sean difíciles de ver y nos obliguen a tener los ojos abiertos?
Literatura protesta, digamos.
A. M.: No. La literatura es algo
demasiado grande, es como decir "la gente". Si toda la literatura se
alimentara de las miserias, leer sería monótono y terrible. Yo creo que debe
alimentarse de todo: de todos los sentimientos y aconteceres humanos y
naturales y sobrenaturales, de los sueños y de las fantasías, de la ciencia y
de lo cómico y de lo triste. Lo que pasa es que cada uno tiene ahí sus
intereses y sus sensibilidades... A mí la mentira, las cosas ocultas, las
hipocresías y la negación son temas que me queman las manos. De alguna manera
no puedo quedarme sin decir ciertas cosas. Pero eso es personal y quizás, sí,
una forma de protestar frente a lo sobrevaloradas que están las apariencias.
N.: ¿Crees que el compromiso
del escritor debería limitarse a contar la historia simplemente? ¿O tal vez
debe trascender la historia y tomar cartas en el asunto? Es decir, tú has
escrito El daño y es inevitable pensar que te metes de lleno con un tema que
nos llega al alma a todos, el abuso sexual de niños. Si además la novela está
basada en una historia real, ¿ya has pasado a formar parte de quienes luchan
activamente en contra del maltrato infantil?
A.M.: Yo soy escritora, no soy
activista ni política. No sirvo mucho para eso. Creo que hoy hay una tendencia
a querer transformar al escritor en un personaje que "representa"
algo: a las mujeres, a los jóvenes o la lucha contra esto o lo otro. El
compromiso del escritor es escribir. Es ésa su forma de aportar. Si mi libro
sirve para abrirle los ojos a una madre, a una sola, yo ya siento que la aportación
está hecha. Lo otro, luchar activamente, es otra capacidad y no necesariamente
es el escritor quien la tiene, aunque podría darse.
N.: Eres bióloga además de
escritora. Es una pregunta tópica, pero es interesante saber cómo vives esa
relación antagónica ciencia - literatura, o si no es tan antagónica como
pensamos algunos.
A.M.: Trabajé en un
laboratorio y al mismo tiempo escribía una columna semanal para un diario, y
era perfectamente compatible. Luego abandoné la ciencia y el remanente que me
queda es que traduzco documentos científicos. Todo lo que he aprendido me
sirve, y me ha servido en momentos inesperados de la vida. No hay nada
antagónico en desarrollarse en varias disciplinas, sólo hay crecimiento.
N.: Escribes sobre todo
cuentos. ¿Cuestión de comodidad? ¿Lo prefieres a la novela?
A.M.: El cuento se ajusta más
a la forma en que yo elaboro mi trabajo. Tiene algo más preciso, es más breve y
perfecto que la novela. Ésta da espacio para más divagación, y yo no divago
mucho cuando escribo.
N.: Háblanos un poco de ese
"exorcismo" que ejerce la palabra en tu obra a la hora de espantar a
los fantasmas que atormentan a los personajes. ¿Es habitual en tu literatura?
(no te hemos leído demasiado en este país, una lástima).
A.M.: El exorcismo a través de
la palabra sí es habitual. Está presente también en mi último volumen de
cuentos, No decir. Mi sensación es que las cosas ocultas pesan mucho más que
las dichas, aunque decirlas a veces sea difícil. No decir trata de generaciones
con secretos guardados y pesares asociados y con el experimento de abrir esos
espacios en un momento dado y ver qué pasa. Ver qué pasa cuando se nombra lo
que parecía innombrable. Creo que "decir" es el primer e
indispensable paso para sanar.
N.: ¿Quiénes son tus
referentes?
A.M.: Hay muchos, en diversos
momentos de mi vida. Cortázar como cuentista, sin duda. Algo del ahorro de
recursos de Banana Yoshimoto, las ganas de escribir como John Irving o una
novela ácida como las de Amelie Nothomb. Alguna vez estuve obsesionada con
Thomas Bernhard. En fin, muchos, según lo que me estuviera pasando en ese
momento.
N.: ¿Cómo ves la literatura
hispanoamericana actual?
A.M.: Veo surgir muchas cosas
distintas. Voces que son más personales que generacionales, que hablan de cosas
particulares, de miradas, de intereses de cada uno. De todos modos, y
nuevamente, la literatura hispanoamericana es algo demasiado grande. Yo he
leído a algunos autores, pero no sé si tengo una visión tan global como para
hablar de toda ella.
N.: ¿Y la española?
A.M.: La española la conozco
poco, no me he dedicado a leerla tan minuciosamente como para poder hacer una
distinción precisa respecto de la hispanoamericana.
N.: ¿Leeremos No decir en
España?
A.M.: ¡Ojalá! ¡Pregúntele a
Alfaguara!
Reflexión y crítica
Andrea Maturana se perfila como una de las escritoras que modelan un proyecto literario de fin de siglo que reconfigura simbólica y culturalmente el repertorio ideológico de la literatura femenina latinoamericana contemporánea. Maturana se perfila como una escritora con una nueva propuesta estética, con una escritura que interroga el discurso autoritario y cuestiona la textura genérica de las relaciones socio-culturales.
Maturana logra en su libro (Des) encuentros (Des) esperados acercar se al erotismo desde un lugar complejo y que a simple vista, parece agotarse pronto: la sutileza. En este libro de cuentos, la sutileza es evidente en todos, pero mas en Roce I, en Roce II y en Roce III. En este viaje por el erotismo Maturana se encuentra con otra serie de recursos que aluden al tiempo, al espacio, a la palabra misma y a sus juegos. Es un libro entretenido que tiene gran valor porque explora el mismo recurso de la sutileza desde diferentes posibilidades y ahí radica lo interesante. No puede escaparse en sus relatos la tristeza y la frustración que muchas veces deja todo lo que tiene que ver con el erotismo. Hemos de reconocer que a veces se pone melodramática, pero queremos creer que es parte del juego de explorar esos límites a veces confusos entre lo erótico, lo romántico y lo cursi. Creemos que es una buenísima lectura a la que hay que acercarse, pues según el epilogo, la crítica y nuestro gusto personal, esta mujer promete.
Maturana logra en su libro (Des) encuentros (Des) esperados acercar se al erotismo desde un lugar complejo y que a simple vista, parece agotarse pronto: la sutileza. En este libro de cuentos, la sutileza es evidente en todos, pero mas en Roce I, en Roce II y en Roce III. En este viaje por el erotismo Maturana se encuentra con otra serie de recursos que aluden al tiempo, al espacio, a la palabra misma y a sus juegos. Es un libro entretenido que tiene gran valor porque explora el mismo recurso de la sutileza desde diferentes posibilidades y ahí radica lo interesante. No puede escaparse en sus relatos la tristeza y la frustración que muchas veces deja todo lo que tiene que ver con el erotismo. Hemos de reconocer que a veces se pone melodramática, pero queremos creer que es parte del juego de explorar esos límites a veces confusos entre lo erótico, lo romántico y lo cursi. Creemos que es una buenísima lectura a la que hay que acercarse, pues según el epilogo, la crítica y nuestro gusto personal, esta mujer promete.
hola, mi nombre es Geovanna, me hablaron del libro No decir y he estado intentando de encontrarlo en las librerías y no está me dicen que se encuentra descatalogado... y quiero leerlo ya se hizo en desafío el encontrarlo. tú sabes como lo puedo hacer? me puedes orientar por favor.
ResponderEliminargracias